Conoce más del proyecto: Yumbo y sus matronas

Conoce más de Yumbo y sus matronas. Historias de mujeres

 Por: Diana Carolina Cortázar Valencia

“A todas las mujeres que silenciosamente han construido la historia”

El libro “Yumbo y sus Matronas” es el resultado de un proceso de investigación cualitativa llevado a cabo por el Museo San Sebastián.

Donde se recopilaron historias de vida de 108 mujeres que aportaron al inicio de lo que hoy somos como sociedad. 

Cada uno de los relatos aquí descritos resultan ser un cumulo de orgullos que nos invita a dar un aplauso y agradecer sus vidas y legados.

En el contexto descriptivo de la época y de acuerdo con la información recopilada, la cotidianidad de las mujeres a principios del siglo XX en Yumbo se movía entre estudiar hasta quinto de primaria. 

Quienes no accedían a los estudios primarios, aprendían a leer, escribir, contar, restar, bordar o rezar; se dedicaban a las tareas del hogar, aportar a la economía familiar, trasmitir los principios morales y religiosos, desarrollar actividades de trabajo doméstico.

 

Para esos tiempos, la maternidad estaba asociada con la función femenina por excelencia. 

Los roles de la mujer

Las mujeres también desempeñaron oficios artesanos como la modistería, panadería, orfebrería, parteras, la gastronomía (el mecato), la jardinería, entre otros. 

De la misma manera, algunas mujeres ejercieron el rol de educadoras; a finales del siglo XIX, en el país se empezaron a formar las primeras maestras en las escuelas normales, lo que se vio reflejado en Yumbo iniciando el siglo XX.

 

En ese entonces, la formación educativa se impartía a hombres y mujeres por separado. 

En las familias, las mujeres ayudaban para que los hombres, particularmente sus hermanos, pudieran ir a estudiar a formarse en la Universidad[1] convirtiéndolos en el orgullo del núcleo primario.

 

Las mujeres también tuvieron una participación activa en el desarrollo local aportando a la construcción de templos, de escuelas, incidiendo en la instalación de servicios públicos en la zona rural y urbana. 

Siempre las mujeres han estado en el trabajo minucioso y fuerte de nuestra comunidad, desde diferentes ámbitos, han consolidado sus sueños, esperanzas, anhelos, apuestas a edificar un presente diferente.

Lea también, conoce más del proyecto: Matronas, historia de mujeres en el siglo XX.

 

Una lucha histórica

 

En los años treinta se empezaron a reconocer los derechos políticos de las mujeres, sin embargo, fue a mediados del siglo que pudieron votar. 

Al volver a las historias de las matronas, vemos como muchas de ellas tenían injerencia en asuntos políticos (algunas siendo concejalas o suplentes concejalas).

Interesándose en el manejo de asuntos públicos; gusto trasmitido a la descendencia de las mujeres quienes han participado en procesos de elección popular. 

A pesar que esta puerta se abría en los años 50, en algunos sectores de la sociedad, especialmente los masculinos, no fue recibido como una reivindicación positiva la participación política de las mujeres. 

Cuenta mi abuela que se escuchaban frases como “para qué ponen a votar a las mujeres” “eso no tiene sentido, es mejor que sigan en la casa”.

Ahora bien, estos imaginarios de la vida privada para las mujeres y la pública para los hombres ha sido una de las tantas limitantes para el ejercicio de lo político, sobre todo en el ámbito electoral, desigualdades que se ven en la actualidad a través de la ley de cuotas.

Al retomar nuestro escenario, llama la atención como muchos de los nombres de las mujeres llevaban el De y el apellido del esposo. 

Antes de los años 60, era común y respetable que las mujeres adoptaban el cambio de sus apellidos como señal de estatus de casada, de la primacía de los valores de la unidad familiar, identificándose frente a sus hijos bajo la sombrilla patriarcal. 

En esta época se determinaba que una mujer “respetable” debía estar casada y convivir con un hombre. Hoy en día, nos replanteamos el amor romántico y las formas de unirnos con otros y ser pareja.

 

Ahora bien, ¿cómo terminamos llamando a todas estas mujeres, Matronas? Seguro la respuesta la podrán obtener leyendo las historias a las que el libro nos invita a conocer. 

Y aquí vale la pena una aclaración; si bien el comité editorial hizo un esfuerzo grande por compilar la vivencia de ciento ocho mujeres.

También queda para la salvedad que seguramente quedan muchas otras historias de vida por contar, que valdría la pena continuar ahondando en todas nuestras raíces sociales. 

De acuerdo con el diccionario, la matrona es “Una madre de familia distinguida y honorable; una mujer autorizada para asistir a la embarazada durante el parto; una mujer corpulenta y madura”.

La definición que presenta el libro es: “una mujer con incidencia para liderar, orientar, guiar al interior de su familia y en la sociedad”

Nuevo concepto de matrona

Es común encontrar que otra característica asignada en las entrevistas familiares de las matronas es la asociada con un rol reproductivo teniendo en cuenta la época.

Sin embargo, en el concepto que proponemos, lo dejamos amplio para incluir también a futuro, otras historias de aquellas mujeres que por decisión o por otras circunstancias no tuvieron hijos.

 

Para concluir, es importante señalar que Matronas es un proyecto de visualización de las mujeres y sus luchas desde inicios y mediados del siglo XX en el municipio de Yumbo. 

Al hacer el recorrido vemos como se logra identificar que muchos de los derechos de los que actualmente gozamos las mujeres en el siglo XXI han surgido de las batallas.

Luchas que adelantaron nuestras antepasadas para que hoy pudiéramos tener una participación política, acceso a la educación, al trabajo, a los derechos sexuales y reproductivos, entre otros tantos.

 

Pese a que hemos avanzado, el camino, en términos de igualdad y equidad todavía continua.

La apuesta de todas las sociedades debe iniciar reconociendo el lugar que históricamente han tejido las mujeres, desde el ejercicio de roles tradicionales asociados al cuidado al pasar a los escenarios de decisión y de poder sobre el propio cuerpo y en la práctica política.

 

Queremos por último agradecer a las matronas, a sus familias, al comité editorial y a todas aquellas personas que participaron de este sueño.

 Que quedará plasmado en un libro y esperamos que el buen recuerdo de ellas permanezca en la piel de un mundo que necesita la esperanza y el ser de las mujeres.

[1] Generalmente en la época de los 60- 70

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