Las arrocecadas

“El barrio La Chanca ha sido el más tradicional del Municipio, aquí nacieron los famosas “arrocecadas”,  en el marco de las fiestas patronales, finalizando el mes de septiembre y la primera semana de octubre”

Mi abuelo me contaba que una de las tradiciones gastronómicas que identificaban a los habitantes del barrio Uribe eran las arrocecadas.

Para este concurso “del que más coma arroz” se invitaba a los participantes a través del perifoneo callejero.

Esto consistía en hacerle publicidad desde un alto parlante colocado en un vehículo que recorría el pueblo, anunciando el gran evento.

-¡Uy!, mijo eso es para totiarse de la risa, continuaba mi abuelo.

A raíz del éxito de las comitivas que se hacían en el barrio La Chanca, surge la idea de hacer un concurso anual entre los habitantes del municipio, para buscar a la persona que más comiera arroz.

Algunos de los participantes eran: Edgar Arellano (el enterrador), Gabriel García (mazamorra), el negro Riascos, el negro Chancho, Lándaro, Simón Rojas y Quicharo, a quienes se les servía tremendos platos de arroz, con papa, chorizos y sardinas.

El maestro de ceremonia anunciaba por el micrófono: “Señores y señoras vecinos del barrio Uribe, por fin lo que todos esperaban: el gran duelo de estómagos entre Chancho y el popular Mazamorra, véalos en vivo y en directo desde la tarima del Barrio Uribe y colabore con la Junta de Festejos”.

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Cuentan que los concursantes, con sendos platos de arroz, se sentaban frente al público. Las barras comenzaban a gritar y apostar por su candidato: ¡Mazamorra, Mazamorra!

En medio de la aclamación, los concursantes comenzaban a desocupar los platos. En una ocasión, Mazamorra se desmayó debido a uno de sus acostumbrados ataques epilépticos.

Entre todos lo subieron a la improvisada camilla y lo llevaron al hospital en una carretilla que pasaba por ahí.

Los demás participantes

Mientras tanto, los demás concursantes continuaban comiendo arroz; el público con sus gritos los seguía animando y los jurados iban pesando los platos y apuntando en sus libretas.

El mismo día al negro Riascos le dio un ataque de hipo y fue descalificado por el exigente jurado y a Lándaro se le olvido tomarse un vaso de aguapanela, por lo cual también fue retirado del concurso.

Al final de la tarde, el jurado leyó el veredicto y dio como ganador absoluto al Negro Chancho, que se consumió más de dos libras de arroz y diez vasos de aguapanela.

En segundo lugar quedó Arellano. Como siempre, Rubiela Polanco, la “nena” Polanco, y Eneida Polanco salieron con las ollas donde se cocinaba el arroz.

Para que la gente raspara el pegao dorado y crujiente, que quedaba después de finalizar el concurso.

Una gran muchedumbre subió al negro Chancho en hombros y lo paseó victorioso por el parque.

Fue tanta la euforia de la gente y tantas las vueltas que le dieron al negro que, en pleno parque, se trasbocó y todo ese arroz fue a parar en la humanidad de sus seguidores.

Aún así, continuaban vitoreándolo por haber logrado esa hazaña que lo coronaba por ese año, como el “Rey de los come arroz” del barrio Uribe.

Texto original: Museo San Sebastián de Yumbo

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