La ocasión es propicia para hablar de tres mujeres mulaleñas que hicieron y hacen parte de la historia del chivo, quienes cierto día se pusieron de acuerdo para brindar a familias y amigos un sabrosísimo mondongo de Chivo. “El cabro tiene que ser cachón” decía Margarita Lemos; mientras María Judith Cuero opinaba que era mejor “una cabra y no un macho, por el almizcle que éste suelta”. Clementina Ortiz, oía la discusión atizando el fogón de leña y pensando en un plato especial donde las vísceras de chivo se constituyeran en sopa, para acompañar la carne asada.
De esta manera, entre acuerdo y acuerdo, estas tres mujeres hacen que la cocina mulaleña gane un peldaño gastronómico a nivel nacional, pues el mondongo de chivo mulaleño, no es igual a “la petitoria santandereana” aunque los ingredientes básicos sean los mismos. Lo podemos comprobar dándonos una vuelta por Mulaló, cualquier domingo. Además de comer mondongo podemos degustar otros comestibles que hacen parte del brindis que nos ofrece este “pueblito vallecaucano”.
Los que han tenido la oportunidad de degustar un delicioso “mondongo de chivo”, manifiestan que tienen propiedades afrodisiacas, que su sabor no se parece a los alimentos preparado con las vísceras de vaca o del cerdo. Lo cierto es que a Mulaló llegan muchos turistas que quieren saborear este gran manjar, orgullo de las matronas raizales de este corregimiento del municipio de Yumbo.
Texto: Museo San Sebastián de Yumbo
Fotos: cortesia
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